En España, la tenencia de animales potencialmente peligrosos (PPP) está regulada por una normativa específica que impone restricciones y obligaciones a sus propietarios. Esta regulación no solo busca evitar incidentes y garantizar la seguridad pública, sino también promover una tenencia responsable, asegurando que estos animales sean educados y controlados adecuadamente.
Las sanciones por incumplir la normativa pueden ser elevadas, incluyendo multas de hasta 15.000 euros, la retirada del animal o incluso la responsabilidad penal si causa daños a personas o bienes. Por ello, si tienes o planeas adquirir un animal con estas características, es fundamental que conozcas qué dice la ley, qué requisitos debes cumplir y cuáles son las consecuencias legales de no hacerlo.
En este artículo, vamos a explicarte qué perros y animales se consideran potencialmente peligrosos en España, qué requisitos debes cumplir como propietario y qué sanciones existen por incumplir la normativa.
¿Qué se considera un animal potencialmente peligroso?
El concepto de animal potencialmente peligroso está regulado en la Ley 50/1999, de 23 de diciembre, sobre el régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos, y su desarrollo en el Real Decreto 287/2002. Según esta normativa, se consideran peligrosos aquellos animales domésticos o silvestres que, por su agresividad, tamaño o fuerza, puedan causar daños a personas o a otros animales.
En el caso de los perros, el Anexo I del Real Decreto 287/2002 establece una lista de razas que se consideran potencialmente peligrosas, entre las que se encuentran:
- Pit Bull Terrier
- Rottweiler
- Dogo Argentino
- Staffordshire Bull Terrier
- American Staffordshire Terrier
- Fila Brasileiro
- Tosa Inu
- Akita Inu
Aunque la normativa establece esta lista específica de razas consideradas PPP, estos no son los únicos perros que pueden recibir esta clasificación. De hecho, cualquier perro puede ser catalogado como potencialmente peligroso, siempre y cuando reúna una serie de características físicas y de comportamiento. En concreto, la normativa establece que pueden ser considerados PPP los perros que cumplan con al menos dos de las siguientes condiciones:
- Fuerte musculatura y constitución robusta.
- Mandíbula grande y fuerte, con cabeza voluminosa.
- Cuello ancho, corto y musculoso.
- Pecho amplio, tórax profundo y costillas arqueadas.
- Peso superior a 20 kg.
- Altura a la cruz superior a 50 cm.
- Carácter marcadamente dominante o agresivo, con antecedentes de ataques a personas o a otros animales.
Este último criterio es de especial relevancia, ya que un perro de cualquier raza puede ser declarado potencialmente peligroso si ha protagonizado un episodio agresivo o si las autoridades consideran que representa un riesgo. En estos casos, el propietario puede verse obligado a cumplir con las mismas exigencias que se aplican a las razas oficialmente catalogadas como PPP.
Requisitos para la tenencia de un animal potencialmente peligroso
Si eres propietario de un perro clasificado como PPP, debes cumplir con una serie de obligaciones para garantizar que su tenencia no suponga un riesgo. Entre los principales requisitos están:
- Licencia administrativa: Es obligatoria para cualquier persona que quiera poseer un animal potencialmente peligroso. Para obtenerla, el titular debe:
-
- Ser mayor de edad.
- No contar con antecedentes penales relacionados con delitos de lesiones, homicidio, torturas, maltrato animal o asociación con bandas armadas.
- Disponer de un certificado de aptitud psicológica y física que garantice que es capaz de manejar al animal de forma segura.
- Contratar un seguro de responsabilidad civil con una cobertura mínima de 120.000 euros.
- Registro en el censo municipal: Todos los perros potencialmente peligrosos deben ser inscritos en el censo correspondiente de su localidad. Esto permite un mayor control por parte de las autoridades.
- Uso obligatorio de bozal y correa corta: Cuando se pasea a estos animales en espacios públicos, es obligatorio el uso de un bozal homologado y una correa que no supere los 2 metros de longitud. Además, solo pueden ser llevados por una persona a la vez.
- Condiciones de seguridad en el hogar: La vivienda donde reside el animal debe contar con medidas que impidan su escape y que eviten cualquier riesgo para terceros. En caso de que el perro viva en un jardín o espacio abierto, este debe estar debidamente cercado.
Sanciones por incumplimiento de la normativa
Como anticipamos en la introducción, el incumplimiento de la normativa sobre animales potencialmente peligrosos puede acarrear multas elevadas e incluso la retirada del animal. Las sanciones se clasifican en leves, graves y muy graves, según la gravedad de la infracción.
- Infracciones leves (multas de hasta 500 euros):
- No llevar consigo la licencia durante el paseo del animal.
- No inscribir al perro en el registro municipal correspondiente.
- No actualizar los datos del animal en el censo.
- Infracciones graves (multas entre 500 y 2.400 euros):
- Tener un perro potencialmente peligroso sin licencia.
- Pasearlo sin bozal o con una correa de longitud superior a la permitida.
- No contratar el seguro de responsabilidad civil.
- Dejar al perro sin supervisión en espacios públicos o privados de acceso común.
- Infracciones muy graves (multas de 2.400 a 15.000 euros):
- Adiestrar al animal para potenciar su agresividad.
- Organizar peleas de perros o cualquier otra actividad que implique maltrato.
- Dejar al animal en un estado de abandono que ponga en riesgo su bienestar o el de terceros.
- Utilizar al animal como arma de ataque contra personas u otros animales.
En los casos más extremos, las autoridades pueden ordenar la retirada del animal e incluso su sacrificio si se considera un peligro para la sociedad.
Responsabilidad civil en caso de ataque o daños
Si un perro catalogado como potencialmente peligroso provoca lesiones a una persona o a otro animal, el propietario será el responsable de todos los daños ocasionados, tanto materiales como personales. Esto implica que deberá asumir gastos médicos, indemnizaciones y posibles sanciones administrativas o penales.
En función de la gravedad del incidente, el propietario podría enfrentarse a cargos por delitos de lesiones (artículo 147 del Código Penal) o incluso homicidio imprudente si el ataque resulta fatal. En estos casos, las penas pueden incluir prisión, además de elevadas indemnizaciones económicas.
¿Se puede perder la licencia de tenencia de un PPP?
Sí. La licencia de tenencia de animales potencialmente peligrosos puede ser revocada si el propietario incurre en alguna infracción grave o muy grave. También se pierde si el titular deja de cumplir con alguno de los requisitos iniciales para su obtención, como la pérdida de aptitud física o psicológica o la comisión de delitos penales.
En conclusión, la tenencia de animales potencialmente peligrosos en España conlleva una gran responsabilidad, tanto a nivel legal como en el día a día del propietario. Más allá de cumplir con los requisitos administrativos, es fundamental garantizar una educación y control adecuados para evitar incidentes y promover una convivencia segura.
El desconocimiento de la normativa no exime de su cumplimiento, y las sanciones por infracciones pueden ser severas, desde multas económicas hasta la retirada del animal e incluso consecuencias penales en casos graves. Por ello, si tienes un perro que pueda ser considerado PPP, es esencial que actúes con responsabilidad, asegurándote de cumplir con todas las exigencias legales y proporcionando un entorno seguro para el animal y para quienes lo rodean.
